La nueva noética y el futuro emergente

“Su cabeza es una cámara de maravillas de la que puede extraer tesoros por los que usted y yo daríamos años de nuestras vidas”. 
El Rey de amarillo (Robert W. Chambers)


El conocimiento emergente es un concepto interesante al que acude nuestra intuición como una polilla a la llama. Lo planteaba Aristóteles y otros filósofos griegos que movidos por esa intuición, atribuían a la noética el significado de “ver inteligible o ver pensante”, también interpretado como “ver discerniendo”. El concepto central consiste en que el pensamiento es en realidad recuerdo y no aprendizaje. Es decir, todo conocimiento es un recuerdo, ya se conocía previamente, se había olvidado y solo se ha de recordar. El razonamiento que la propia mente realiza al tratar de comprender algo, es en realidad un esfuerzo por recordar, por recorrer el camino al origen de las ideas y creatividad.

Hasta aquí quedaron los griegos y poco se ha avanzado en esta línea teórica. La principal habilidad y trampa de la propia consciencia consiste en esconder la mano conforme va dibujando la realidad subjetiva del individuo. En este sentido no podemos ver el origen de la idea, de la creatividad y el ingenio, lo que podemos hacer es plantear hipótesis.

La hipótesis que se plantea en esta tesis es que la consciencia envía información hacia atrás en el tiempo, pero dada imposibilidad de la mente para observarse a sí misma, no podemos ver el origen de la idea. Adicionalmente la información hacia atrás en el tiempo no se produce en paquetes de datos como los conocemos sino en pequeños cambios en patrones del pensamiento. Tengamos en cuenta que “hacia atrás” es una premisa dentro de nuestra experiencia limitada por la realidad humana de tiempo lineal y la causalidad.

No es el objetivo de este texto el exponer científicamente la naturaleza electroquímica del cerebro y el peculiar funcionamiento de un órgano que es consciente sin estar por sí mismo vivo, sino que es viviente en un sistema mayor como es el cuerpo humano. En este sentido el cerebro es lo que hace al hombre diferente, ningún otro órgano es consciente de sí mismo, pero simultáneamente el cerebro no vive por sí mismo.

La clave de este evento, en el que se intuye el futuro emergente, está en tratar de iniciarlo en el presente. Estamos aferrados al "ahora" porque no tenemos otra forma de existir. Esa intuición del futuro es la única forma de comunicación y no puede surgir del futuro en sí mismo, ha de invocarse en el presente para que la realidad futura se manifieste en forma de intuición. Y ha de hacerse forzosamente de esta manera porque podemos recordar fácilmente el pasado, pero no podemos recordar de igual forma el futuro. Y lo que tratamos es de simular una intuición en la que veamos el futuro como un recuerdo. Lo repetiré; intentaremos ver el futuro como un recuerdo.

Hemos por tanto de crear las condiciones óptimas para recordar el futuro. Porque, siguiendo esta hipótesis, nuestras ideas son en realidad micro-recuerdos de algo que se creará casi instantáneamente en el inmediato futuro, lo observamos, no sabemos cómo se ha originado pero lo utilizamos casi en el momento, sin poder indagar en su origen. El objetivo es entonces crear las condiciones, el espacio del presente, para que pueda surgir esta memoria del futuro.

Este espacio tiene una naturaleza similar a la de la creatividad. En muchos sentidos la creatividad es una forma de intuición del futuro, más cercano generalmente, pero con las mismas características. Afortunadamente la creatividad se ha estudiado en mucha mayor profundidad que la noética, por lo que podemos aprovechar fuertes fundamentos de creadores y artistas en esta búsqueda de la intuición e inspiración. Creando un espacio físico, un tiempo de distensión, de relajación, una autosugestión adecuada es suficiente para que la chispa de la creatividad salte y podamos acceder a la inspiración del futuro emergente. En definitiva, consiste en invocar un contexto emocional, crear una situación donde todos los recursos del hombre se pongan al servicio, a la espera de lo que sea enviado, de lo que sea recibido e interpretado.

Un ejercicio curioso en esta línea; Imaginemos que estamos en el ahora, que hacemos una pausa en nuestro flujo del pensamiento habitual e incontrolado, y tratamos de dejar un espacio para un recuerdo creativo del futuro emergente, esta es la clave. Plantear que en el futuro, tendremos un recuerdo de ese momento, en el que intentábamos crear un espacio para el futuro, intuirlo. Ese es el nexo. Tú yo-que-es está conectado con el yo-que-será a través de un momento-espacio, de ese recuerdo del futuro intuido. Una vez habiendo llegado físicamente a ese futuro, estaremos dispuestos a enviar hacia ese vacío, un mensaje, una intuición en el recuerdo. Insertaremos un recuerdo en la memoria vacía del instante pasado. Esa es la forma de abrir una brecha. Un momento-ancla que se prepara en el ahora para “esperar-invitar” al recuerdo enviado desde el futuro. ¿Cómo de lejos puede llegar? ¿Cuánto puedes recordar?

Cómo reflexión final habría que plantearse; ¿Cómo se puede utilizar la información de este artículo?

  • Quizá tratando de captar tendencias, intuiciones sobre la civilización o sociedad.
  • Actuar a través de inversiones estratégicas y crowdfunding.
  • Llevarlo al terreno en que cada uno esté desempeñando su labor profesional; Con mucho más sentido en el terreno de la investigación o en los que pueda desarrollar uno mismo el resultado o coordinar a otros para llevarlo adelante.
  • Siendo siempre prácticos y concentrando los recursos, que siempre son limitados.

"Hacer predicciones es muy dificil, especialmente sobre el futuro" 
Niels Bohr


No hay comentarios:

SECCIONES