Rechazar
lo multidisciplinar, lo generalista, la no-especialización, es rechazar que
somos un canal en transformación. Frenar el cambio y el caos es coartar la
energía propia, su variedad de manifestaciones. El ser humano es comercial y
artístico, avaricioso y generoso, coherente e incoherente.
¿Qué
resuena con cada uno? Esa es la pregunta. ¿Qué está afinado en tu mismo tono?
Y es que el mundo de
culturas, gustos, filosofías y perspectivas viaja junto a cada uno, junto a tus
pensamientos y palabras y acciones. Autoengaño es pensar que, subjetivamente,
se es igual que los demás. Cada uno es una sociedad, una filosofía, unos
valores y credos, en constante mutación.
Por tanto no hay otra opción que enseñar y
aprender constantemente y para siempre: Cómo producir, como vender, cómo invertir, cómo hablar,
como comer, cómo vivir. Enseñando y aprendiendo.
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