Dar cera, pulir cera.


La gente ya ha visto mucho material audiovisual.
Ventaja: hay mucha información que se puede (y debe) dar por sabida cuando se presenta una obra, especialmente si es de género.
Inconveniente: No se puede hacer de nuevo Star Wars.

Todos conocemos muchos rostros (Kennedy, E.T., Bruce Lee,..) Oriente y Occidente poseen una nutrida mente común: Dibujos, películas, frases... Así, se pueden encontrar lugares comunes en la memoria que pueden resultar muy útiles a la hora de dar profundidad y vida a los personajes y las obras. Existe una cultura de fondo que comparten varias generaciones respecto al audiovisual. No se debe escribir de espaldas a este conocimiento, es pues recomendable utilizarlo en nuestro propio beneficio.

Esta misma clave, se puede utilizar para reflexionar sobre los distintos géneros: aventura, acción, comedia… Algunos directores como Shyamalan lo han utilizado de forma seria para redefinirlos (Ciencia ficción intimista: Señales) o como Tarantino, de forma humorística (Kung-fu plastic: Kill Bill) Incluso en el musical, se pueden reciclar los éxitos de los 80/90 y hacer un “Al otro lado de la cama” Este tipo de obras suelen ofrecer lecturas a varios niveles aportando valor al resultado.

Y si eso no es suficiente, siempre se pueden reciclar programas de televisión; antiguos, grotescos o desfasados, son todos memoria colectiva. El paso que se debe dar es mezclar telenovelas con ciencia-ficción, la ruleta de la fortuna con CSI.

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