Herramientas III

El guionista tiene contadas herramientas narrativas pero poderosas. De cada una se puede hablar como de una disciplina a estudiar, analizar y disfrutar, con cientos de variantes y mezclas. Uno de estos enormes monumentos a la narración es la elipsis.

La elipsis es lo que está fuera del tiempo que vemos, un salto temporal, intencionado o no, consciente o no.
Nuestra vida trancurre sin elipsis, la realidad es continua. Se trata pues de una alteración radical del fluir tal y como lo conocemos.
Dentro de una historia, podemos realizar y entender las elipsis porque existe un código común que ha sido aceptado. Es una habilidad adquirida por el ser humano desde que empieza a jugar, se basa en el juego y por tanto se fundamenta en un pacto, público pero innombrado.

Dejando a un lado la teoría, podemos ver como se trata de una herramienta tremendamente versatil. Puede aparecer y se manifiesta de muy diferentes formas:

- De forma breve y repetitiva. Las secuencias de montaje nos encantan y seducen: Montajes de aparatos en pocos segundos (El equipo A atrapado en una ferretería), entrenamientos que llevarían años en unos pocos planos (Cualquier pelicula de Rocky Balboa)


- Enormes y puntuales saltos de tiempo (Quizá la elipsis más famosa de la historia del cine)


Respecto al sentido que puede darse, a parte del mero eludir lo innecesario, podemos ver:

- Humor: El clásico "Lo he decidido, nunca más volveré a hablar con ella" corte a... llamándola por teléfono.
- Mantener algo esencial oculto al espectador: El Sexto sentido. La Huella.
- Es frecuente, a través de una elipsis muy distanciada, enriquecer a un personaje enlazando la causa y el efecto de su trauma o miedo.(De nuevo nuestro amigo Magneto)

Nota: Para usos más avanzados de las elipsis revisar cualquier película de Guy Ritchie.

2 comentarios:

ALFONSO SALAZAR dijo...

En el lenguaje de la historieta por ejemplo, la elipsis lo es todo. El mero hecho de secuenciar en viñetas aisla los instantes narrativos comprendidos en cada una, usando las calles, o espacios en blanco intermedios. De modo que siempre ha transcurrido una mínima fracción de tiempo entre una viñeta y la siguiente, siempre ha acontecido algo que no hemos visto y es el lector quien rellena ese vacío. Partiendo de esa elipsis perpetua, el autor puede usar dicho recurso de forma mucho más intencionada, marcando el ritmo de la historia casi musical o matemáticamente, aumentando y disminuyendo el tiempo que transcure entre cada viñeta según convenga. Todo esto sin tener en cuenta qué hay dibujado dentro de la viñeta, pues en efecto mediante el dibujo también se pueden generar elipsis visuales, aumentando su intensidad progresivamente si se ubica en un cambio de viñeta, un cambio de linea de viñetas, un cambio de página, o la más poderosa, un cambio de hoja. Elipsis dentro de elipsis...

El Profesor dijo...

Watchmen es un gran ejemplo de todo esto que comentas, en especial lo que tanto explotaron los cineastas rusos. Osea, la elipsis como forma de generar dos poderosas sensaciones: significado y ritmo.

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