Cuando
un equilibrio se rompe por algún factor, se genera una disfunción en el
transcurso normal de las actividades. Cuando esto ocurre, con el enfoque
adecuado, la respuesta es evidente.
Pero en numerosas ocasiones, la
sensibilidad y niveles de aceptación de las distorsiones de un equilibrio son
inadecuadas, o directamente dejan de considerarse. Se olvida. En multitud de
circunstancias puede afirmarse que: Si no has encontrado la respuesta, es que
no has enfocado adecuadamente la pregunta. O, directamente, que no se ha
considerado problema. Esto es bien conocido tanto en cursos de resolución de conflictos como en producciones audiovisuales que requieran una narrativa más elaborada.
Girar alrededor del problema hasta encontrar el punto más
débil suele funcionar cuantitativamente, pero llegados a la ceguera por
desconocimiento, suele necesitarse el abordar de formas distintas,
principalmente con la baza de la creatividad.
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