INT.EXT. DÍA.
CASA JUAN
Desde la ventana
vemos, en la playa casi desierta, a una turista joven tomando el sol. JUAN de
unos 28 años, está de pie junto a la ventana con una taza de café en la mano.
Lleva el pijama, una bata de andar por casa y unas zapatillas. Se acerca a una
mesa con una pequeña lámpara encendida y un libro abierto por la mitad. Hay, un
ventilador dando vueltas en el techo.
JUAN
Bien, bien, bien, bien, vamos.
Se concentra en el libro que tiene delante. En la mesa hay un
reloj- despertador que Juan no puede dejar de mirar. Bebe de nuevo de la taza,
apoya los codos y vuelve a concentrarse. Imágenes de partes del cuerpo de la
turista tomando el sol. Juan agita la cabeza y abre más los ojos recorriendo
las líneas. Se levanta, se quita la bata y vuelve a sentarse. Mira el reloj que
hay en la pared. Vuelve los ojos al libro tapándose los oídos. El sonido del
segundero de la pared se alterna con el del reloj sobre la mesa.
Súbitamente la chica de la playa aparece, haciendo un exótico
baile, al otro lado de la ventana.
Suena el timbre de la puerta y Juan reacciona, despertando del
trance. Abre la puerta y vemos a JULIE, inglesa de piel blanca, alta, delgada
pero no escultural y con un marcado acento inglés.
JULie
Hola. Disculpe, podría usar su baño.
JUAN
Si, si, pasa, por allí, la segunda puerta.
Juan se vuelve a sentar en la silla, pero ladeado, echando un
vistazo hacia el pasillo del baño de vez en cuando y dando golpecitos en la
mesa. Resopla. Espera un momento antes de levantarse, ir hasta la puerta del
baño y llamar.
Juan
Perdona, ¿te importa cerrar la puerta de la casa cuando
termines?
Julie
Si, si, gracias.
Juan vuelve a sentarse. Cierra ese libro y pone otro en su
lugar: “Introducción a la neuro-cinética” Parece concentrarse todavía con mayor
esfuerzo que antes. Mira su reloj de pulsera, el ritmo del segundero se suma al
del reloj de pared y al despertador encima de la mesa.
Música de ritmos hindúes comienza a sonar. Echa la cabeza hacia
atrás con los ojos cerrados, aparece vestido con vaqueros y camisa. Las manos
de una chica le acarician la cara. Lo que eran dos manos, son ahora cuatro, seis.
El ruido de la puerta cerrándose hace que Juan salga de su
ensoñamiento abriendo los ojos sorprendido. Juan se prepara otro café. Se toca
la cara, el pelo despeinado, resopla. Mira como el café da vueltas en la taza
sobre la mesa.
Dos esculturales chicas de color se ponen a bailar mientras él avanza
por la cocina, vestido con bañador y una horrible camisa Hawaiana, marcando el
ritmo con el ridículo movimiento de sus brazos.
Julie da unos golpecitos al cristal de la ventana despertando a
Juan, casi dormido de pie.
Julie
Perdona. Me he dejado una cosa en el baño.
Juan le hace un gesto, indicándola que pase por la puerta. Abre
la puerta, Julie entra.
julie
Gracias... ¿estás bien? Pareces cansado.
Juan
Si, si... estoy...(bostezando, entrecierra los ojos)
Juan empieza a marcar el ritmo con un hombro. Vestido de frac
comienza a bailar con Julie, vestida de noche. Dan un par de vueltas por la
entrada. Julie le toca el hombro a Juan, haciendo que reaccione.
Julie
¿Estás bien?
Juan
(despertándose) ¿Uhmm? Si, si.
Sin hacer más caso a la sorprendida Julie, Juan se sienta de
nuevo en la mesa, sujetándose la cabeza con las manos. Se queda dormido
mientras Julie apaga la luz de la mesa y le pone una manta por encima.
Juan se levanta tirando la silla al suelo y bailando mientras
agita la manta. Julie baila, seguida de cuatro chicas que repiten sus
movimientos. Juan la persigue al ritmo de la música, subiendo las escaleras
mientras todos bailan. Entran en un dormitorio con una gran cama de matrimonio
donde siguen moviéndose de forma muy artificial. Finalmente Juan besa apasionadamente
a Julie.
Fuegos
artificiales. Flores abriéndose. Un rebaño de ovejas cruzando una carretera. Un
segundo de la película “Sonrisas y lágrimas”, en la montaña, cuando canta la
protagonista (Julie Andrews). Un tren entra en un túnel. Una botella de champán descorchándose.
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