Me regodeo en
las letras redondas.
Sin conocer los
ritmos del responsorio.
Sin sospechar
las réplicas del piadoso.
Sin perfumar los
pasos lentos de procesión.
Sin recuerdo del
olor del abuelo.
Sin memoria del
roncar de la abuela.
Sin escuchar el
llanto de los pájaros tempranos.
Sin roer las
migas de pan de santo.
Sin soplar las
velas de mis cumpleaños.
Sin saber ni lo
bueno ni lo malo.
Solo ando, sin
rumbo sin condena ni abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario