Herramientas II

El post anterior es la síntesis condensada de uno de los instrumentos más poderosos que el guionista tiene a su alcance. Se trata de la inversión de la causalidad.

La causalidad es la sucesión de acontecimientos que en el campo de la experiencia el ser humano decodifica como natural. Es decir: causa y efecto. Una piedra se calienta cada vez que el sol brilla con intensidad. El día que no hay sol, la piedra no se calienta. Se establece una causa directa entre el sol y la piedra caliente.

La inversión de la causalidad consiste en observar primero el efecto y recaer luego en la causa. La piedra se calienta. ¿Qué raro? ¿Porqué será? Ahhh... es el sol.

- Un avión se detiene en el aire... ¿qué demonios está pasando? Ahhh... es Magneto que está usando sus poderes mutantes.



- Es imposible dar ese salto. ¿Cómo puede hacerlo? Ahhh... es todo una simulación vitual.

El misterio es lo que genera el ansia de conocer. Aplicado en su mayor expresión, puede ser el eje de toda una historia; si consigues generar pequeños o grandes misterios, ya tienes enganchado al espectador, lo cual no es poco.

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