Si el cine negro está
definido por algún elemento, es sin duda por el tono y la atmósfera que genera.
En este sentido, un cúmulo de circunstancias se confabulan para generar una
sensación concreta y efectiva.
La influencia del expresionismo alemán resultó decisiva a la
hora de definir iluminaciones y decorados. Estos ambientes, propios de la
fantasía provocaban cierta sensación onírica, que sin duda el cine negro asume.
Las estrategias de angulación e iluminación, según perspectivas expresionistas,
dieron el tono clásico a los films luego denominados “negros”.
En este sentido, el espectador tiene la impresión de vivir
una pesadilla. Casi siempre la acción transcurre de noche, con poca luz. La
mayoría de las escenas están iluminadas para la noche. Los personajes se
sientan en sus oficinas a mediodía, pero mantienen las persianas cerradas y
luces apagadas. La iluminación dura, siempre desde arriba o desde abajo, rompe
con la iluminación clásica para encontrar contrastes, luces y sombras marcadas.
La luz entra a las habitaciones del cine negro en formas extrañas, como
trapezoides desiguales, triángulos obtusos, etc. En el cine negro, el personaje
principal estará detenido en la sombra. Como consecuencia de darle más énfasis
o peso al ambiente que al protagonista, se crea un clima fatalista,
desesperanzado.
La tensión en la composición es preferida a la acción
física. En los films noirs, se tiende a desarrollar la escena cinematográfica
en torno al actor, y no que el actor controle la escena por medio de la acción
física.
La sensación de claustrofobia se acentúa a causa de las
composiciones desequilibradas. Se prefieren las líneas verticales y oblicuas a
las horizontales. Lo oblicuo se une a la coreografía de la ciudad. Estas líneas
tienden a fragmentar la pantalla, volviéndola turbulenta e inestable. Como
forma pesimista de ver las cosas, la característica esencial de la novela y el
film negro es la ambigüedad. Ambigüedad
de los personajes y ambigüedad del juego social.
Los movimientos de cámara se pueden acentuar para encontrar
la expresividad necesaria de las secuencias, pero por norma general no se hace
alarde a la hora de mover la cámara y se prefieren los planos fijos. Si por
algún motivo, y suele suceder, se producen travellings o grúas en movimiento,
suele tener un objetivo definido y claro.
Como en casi toda película, el tamaño de los planos está en
relación con la intensidad dramática. En el cine negro, esta circunstancia se
acentúa ya que se deben aportar claves de interpretación necesarias en la
ambigüedad reinante.
Como elementos representativos, debemos mencionar varios:
* Parece haber una fijación casi freudiana en el agua. Las
vacías calles del cine negro, casi siempre brillan por la fresca lluvia
nocturna y la caída de la lluvia tiende a incrementarse en proporción directa
al drama. Las calles suelen estar desiertas y el silencio solo se ve interrumpido
por coches, armas o teléfonos.
* El humo proveniente del tabaco está presente a lo largo de
toda la película y las secuencias con niebla tampoco faltan. La atmósfera que
genera acentúa el uso de la iluminación y los encuadres. Junto al tabaco, nunca
falta el alcohol, otro icono del cine negro, reflejo de la imposibilidad de los
personajes para asumir la descontrolada situación en la que se hayan inmersos.
El alcohol ya sea como lubricante social o como impulso autodestructivo, es en cualquier
caso referente esencial de este tipo de películas.
* La violencia en forma de atrezzo queda plasmada en las
armas, único símbolo de autoridad y respeto fuera de los cauces devastados del
honor y la dignidad.
* Las gabardinas como atuendo primario bajo el gris de la
ciudad siempre visten al protagonista.
* La música, sustenta las actuaciones y aporta claves de interpretación
en los momentos de máxima ambigüedad.
Los ambientes en los que se sustenta, parten de unos
decorados concretos. Los lugares donde transcurre suelen parecerse. Suele
existir un lugar propiamente del protagonista, un despacho o un apartamento
donde vemos reflejado su oficio y su personalidad.
Los bares o salones de juego y espectáculos suelen
frecuentarse tanto por los personajes principales como por los secundarios.
Suele darse a su vez, la existencia de una localización
concreta para la femme fatal, para un secundario modélico y para el
antagonista. En cada estadio de la trama, se suceden unos u otros ambientes,
tintando cada secuencia de un dramatismo alternado.
1 comentario:
Muy buen artículo..
Publicar un comentario