Cuando los dos seres se cruzaron, eran
tan diferentes, tan distintos el uno del otro que ni siquiera se vieron.
Pasaban sus miradas por encima del otro,
pero no veían más que transparencia, camuflaje.
El momento histórico se iba a perder para
siempre, jamás ambas civilizaciones establecerían contacto. Para siempre
perdida la oportunidad. Cuando todo estaba olvidado, cuando ya ninguno de los
dos esperaba nada. Entonces, uno de ellos estornudó y el otro lo escuchó.
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