Resumen:
Primera parte: Los amigos del bosque.
En esta primera parte el protagonista Javier Cercas nos
explica como llegó a conocer la historia de Rafael Sánchez Matas a través de su
hijo Ferlósio. La aventura que éste nos cuenta, acaece a finales de la guerra
civil española. Las tropas republicanas se retiran desordenadamente mientras en
una ejecución masiva de prisioneros salva la vida y escapa milagrosamente
Sánchez Matas, uno de los escritores que promovió el conflicto fratricida, y
uno de los fundadores de la Falange Española.
Esta peculiar historia llega a
oídos de Javier, escritor fracasado, periodista mediocre, deprimido por la
muerte de su padre, abandonado por su mujer, que redacta un escrito contando la
historia junto al famoso episodio de la muerte de Antonio Machado en el sur de
Francia(Collioure) Su interés creciente por el suceso y su significado, le
lleva a indagar en esos últimos días de resistencia y huida. Conoce en una
carta tras su publicación a Miquel Aguirre, historiador que posee abundante
información del suceso, entre otras, que no fue el único que logró escapar con
vida.
Su investigación continua entre comidas con personajes que poseen
información, y entre pausas vacías donde se documenta a falta de una dirección
concreta hacia donde dirigir su mirada. Nos vamos adentrando en la trama, y así
conocemos más detalles de dicha historia, como que en su huida un miliciano del
bando republicano le encontró, y mirándole a los ojos, gritó que por allí no
había nadie, o que durante su posterior estancia en el bosque encontró ayuda en
unos desertores y en una casa cercana. Otros personajes como Jaume Figueras, aportan
datos relevantes, como la pequeña agenda de Sánchez Matas. María Ferré, Joaquim
y Daniel Angelats, aportan testimonios de primera mano que redondean
definitivamente la labor de documentación.
Segunda parte: Soldados de Salamina.
Como el propio autor dice, se trata de un relato real, y
como tal es una narración verídica que se ajusta a la objetividad propia de un
periodista, sin despreciar el entretenimiento y amenidad de una parte de la
historia que por trágica es de fácil olvido. Es la narración fidedigna y en
bruto desde su captura y estancia en prisión, hasta su ascenso a ministro sin
cartera del régimen de la post-guerra.
Como, Sánchez Mazas, fundó al lado de
José Antonio Primo de Rivera y otros la Falange española, proveedor de la retórica de la
misma, fue una figura compleja y cerrada pero de una gran capacidad para forjar
sentimientos. Su encarcelamiento y la angustia ante un futuro incierto, con un
frente cada día más cercano; el intenso episodio del fallido fusilamiento, y la
huida; la familia que le ayudó y le dio alimento; la desesperación ante sus
gafas rotas y el encuentro con los desertores. Su ascensión, su abandono del
mundo político y como ayudó a los que le habían ayudado...
Tercera Parte: Cita en Stockton.
En esta tercera parte el autor reflexiona sobre su obra,
y observa una carencia casi inexpresable en torno a la conclusión. Busca,
repasa y redacta nuevamente, pero no encuentra cual es la ausencia. Abandona.
Continua su vida de periodista y en una entrevista a Roberto Bolaño descubre a
un excombatiente de la guerra, a quien relaciona con el caso de Sánchez Matas.
Tras una búsqueda intensiva lo encuentra , viaja al sur de Francia y habla con
él. Javier intuye la posibilidad de que
Antonio Miralles sea el republicano que dejó escapar a Sánchez Mazas.
Reflexión y charla con Miralles, que como símbolo de la figura paterna se
reconcilia con el autor en un final que rememora lo que no debe olvidarse.
Frases relevantes:
“...porque no soy un buen escritor, pero tampoco un mal
periodista...” Pág. 18
Es posible que la cuestión fuera si todo periodista no es
un escritor fracasado. El protagonista y toda la simbología que representa,
plantea un sujeto que si bien ha llegado a un punto de fracaso personal y
profesional, mediante el impulso agónico de la escritura consigue reconciliarse
no solo con el mundo, sino también consigo mismo. Este planteamiento aparece en
reiteradas ocasiones:
“...por tanto se
puede ser un buen escritor siendo una pésima persona(o una persona que apoya y
fomenta las causas pésimas)...” Pág. 22
“...Es verdad que las guerras se hacen por dinero, que es
poder, pero los jóvenes parten al frente y matan y se hacen matar por palabras,
que son poesía...” Pág. 51
De nuevo todo el significado de la palabra como motor,
como fuerza impulsora de los acontecimientos pasados y presentes. El poeta como
figura esencial dentro de la trama emotiva que mueve cualquier conflicto vuelve
a surgir en otras partes del texto:
“Porque la guerra es por excelencia el tiempo de los
héroes y de los poetas...”
“...un instrumento destinado a conseguir que algo cambie
para que no cambie nada...” Pág.136
Frase que ya forma
parte de la memoria colectiva, forjada por el cine y reflejada en este medio en
forma de película; “Gatopardo”(Visconti) En el libro como reflejo exacto de lo
que pretendían unos ideales que fracasaron, pues como todo ideal, lleva
implícita la imposibilidad de alcanzarse ; acaso de un acercamiento a ellos, y
en la mayoría ni eso.
“Dice Andrés Tapiello que, como tantos escritores falangistas,
Sánchez Mazas ganó la guerra y perdió la historia de la literatura.” Pág.140
Frase elogiada por el autor del libro, explicando como la
guerra le hizo perder su cáliz romántico, y la evolución de la historia le
condenó al olvido. En esta línea continua aclarando que “...toda victoria está
contaminada de indignidad...”, o que “...la escritura y la plenitud son
incompatibles”; No podría estar más en lo cierto, en el caso de Sánchez Mazas
la escritura como en el propio autor, es una necesidad
para auto ajustarse a la realidad, poniendo algo de si mismo, fuera de su
propio ser. Esta reflexión se presenta continuamente, dejando patente que es
una máxima del autor y de la propia obra:
“...porque los libros siempre acaban cobrando vida
propia, y porque uno no escribe a cerca de lo que quiere, sino de lo que
puede;” Pág.143
“...un escritor no escribe nunca sobre lo que conoce, sino
sobre lo que ignora”
“Luego pensé que no era yo quien recordaba a mi padre,
sino el que se aferraba a mi recuerdo, para no morir del todo” Pág.187
La memoria es uno de los grandes temas de que trata la
obra. El recuerdo, la necesidad de recordar, por un lado a su padre pues
mientras lo recuerde seguirá vivo, por otro el recuerdo de lo ocurrido, pues
todo pueblo que no conozca su propia historia está condenado a repetirla. Este
libro hace vivir de nuevo la historia, como un último coletazo antes de que
desaparezcan los testigos y la vertiginosidad de nuestros tiempos los engulla
sin darles una última oportunidad de meditar sobre la herencia que les
arrebataron, su juventud y su vida.
“...y se me ocurrió la idea de que quizá no andaban
equivocados y que a última hora siempre ha sido un pelotón de soldados el que
ha salvado la civilización.” Pág. 195
La fuerza humana como el último bastión real, sin el cual
nada es posible o nada merece la pena. El esfuerzo del hombre es en cualquier
caso la diferencia dentro de un conflicto; cuando las diferencias técnicas y de
capacidad de producción no suponen una ventaja, es un grupo de personas las que
sacrificándose consiguen sacar todo adelante.
“...porque las palabras están hechas para decirse a si
mismas, para decir lo decible, es decir, todo excepto lo que nos gobierna o
hace vivir o concierne o somos...” Pág. 208
A estas alturas del libro, el autor a llegado a una
reflexión sincera sobre el sentimiento trágico de la muerte y el deseo de poder
vivir junto a personas que necesitan unas de otras. La fantasía se funde con
los deseos irrealizables, y la muerte queda superada por la alegría de seguir
con vida. Estos son los temas que las palabras no pueden llegar a alcanzar con
plenitud porque están limitadas a su significado; solo pueden decirse a si
mismas y no lo que verdaderamente importa.
“...un soldado solo, llevando una bandera de un país que
no es su país, de un país que es todos los países...” Pág. 209
En esta reflexión final, plantea al soldado desconocido
sin país o bandera, como el símbolo definitivo de todas las guerras. Pues si
bien éstas parecen carecer de sentido desde primera línea del frente, dicha
sinrazón queda suplida ante el desvanecimiento del pasado, que ya sin
importarle hace mirar a ese soldado siempre hacia delante.
Opinión:
No sabría precisar con exactitud el porqué, el tema de la
guerra civil Española, siempre me ha parecido algo que no merecía de mi interés
y menos aún de mi tiempo. Casualmente, como suele suceder, una serie de
circunstancias han coincidido para no solo poseer un testimonio de primera mano
del conflicto, sino para comprender que yo vengo de un lugar donde esas
circunstancias han perturbado el tiempo en progreso, y por ello me han
alcanzado, aunque solo sea de pasada.
Como si de un viento proveniente de otra época se tratara,
el libro nos narra un tiempo pasado, que en este caso no fue mejor, por lo menos
desde la vista cansada de los testigos. Se trata de un viento más límpido, de
ideas más asentadas, más claras. Una época donde los conflictos en choque
sacaban lo mejor y lo peor de todo el mundo. En la comodidad de nuestros días,
donde todo parece otorgado de forma natural, se olvida que fueron mentes las
que forjaron con esfuerzo y sangre los cimientos de el que ahora conocemos por
nuestro mundo. Evolución, cientos de años de evolución, de avances y
retrocesos, y de tropiezos.
Nuestra historia no debe olvidarse, debe ser
recordada. Cuanto más conozcamos del pasado, más conocemos de nosotros mismos.
En esta obra se habla del recuerdo, esa propiedad mágica que hace vivir todo
aquello que toca y logra quedar impreso. Magia de doble filo. Por desgracia nuestra
memoria tiene una extraña propiedad, recordamos con mucha mayor intensidad lo
malo que lo bueno. Si bien es cierto que esto tiene una explicación, el que no
se vuelva a repetir. (Queda mucho más de animal en nosotros mismos de lo que
parece a primera vista)
Y sin embargo parece que la corriente que intenta
enseñar sin fondo tiene una aceptación cada vez más elevada; con lo útil como
única guía y que forma únicamente técnicos. Si no conocemos los errores que se
han cometido, es muy probable que sucedan de nuevo. Y es más, aunque conozcamos
la historia, si no se ha vivido, no se conoce realmente. La experiencia; todo
está en los libros menos la experiencia. Cuan importante era aquella tradición
de escuchar y respetar con admiración a los ancianos.
No se trataba de respetar
por temor, no se trataba de escuchar por obligación, se trataba de aprender de
lo que otros han hecho, y de sus errores. Los problemas siguen siendo los
mismos, porque el hombre cambia muy poco. Que gran dilema se plantea, tan
simple y a la vez enormemente complejo. Parece que estamos destinados a ser
meros compiladores que tratan de resolver problemas que cientos mejores que
nosotros no han solucionado.
En fin, siguiendo con el libro, debemos destacar pese a
todo, su mensaje optimista. Si un escritor/periodista fracasado ha podido
alcanzar cotas de comprensión de si mismo y de lo que le rodea de tales
alturas, todo tiene salvación. La escritura como válvula de escape, que a la
vez va modificando al propio escritor forjándose una visión más clara de su
propia personalidad. Esa escritura que hace plantearse que es lo que realmente
cambia al escribir, si el propio escritor, o el mundo que perturba con la
herencia de su legado.
En ocasiones el libro resulta tan variado que no parece
que se trate de una historia. Supongo que aquí esta la grandeza del libro, o
por lo menos lo que se espera de un libro actual, que a demás de entretener, te
esté enseñando, porque ya no queda tiempo para recopilar, estudiar, divertirse,
sintetizar...
Si actualmente conocemos el mundo por lo que nos muestran de él,
y por un par de veranos fuera de casa, este libro aporta un pedacito de
realidad, una ventana al pasado y al presente, refresca con su narración clara
y amena, alegra con su visión tranquilizante de la muerte, ilusiona con un
futuro todavía libre ante un devenir que se promete perdurable y seduce con la
retórica propia de un escritor, y no de un periodista.
3 comentarios:
Muy buen resumen, gracias por el aporte. Aunque no se por que cambiaron el apellido "Mazas", por "Matas"... Una simple observación. Saludos.
Sánchez Mazas... no Matas
Lo siento, tengo que decirlo. Y hablo en serio si refiero que Cercas me parece un buen escritor, aunque solo sea desde el punto de vista estilístico. Pero tengo que decirlo.
Esta novela, disfrazada de relato real, me ha parecido una auténtica estafa, aparte de un panfleto propagandístico. Esto último no importa tanto, porque al fin y al cabo existe la libertad de expresión y uno puede decir lo que le convenga. Con lo que no trago es con que me manipulen, con que me hagan creer que estoy leyendo un testimonio real, menos aún si para ello se sirven de sucias artimañas. El señor Cercas ha profanado en su novela un relato real para sazonarlo con una buena dosis de basura ideológica (muy hortera, por cierto) a la que ha dado el mismo estatus de veracidad que a la propia Historia. Estoy cabreado porque el señor Cercas sabe escribir, sabe documentarse (magníficamente), y, ¿para qué lo usa? Para engañarme. Con los medios que el libro pone al alcance, el lector no puede diferenciar entre el Cercas real y el estúpido personaje que se inventa. Es deshonesto, es rastrero y es moralmente ilícito. Muy mal Cercas, muy mal.
Tenía que decirlo. Si no lo lee nadie, mala suerte, ojalá hubiera ocurrido lo mismo con el señor Cercas, que se ha forrado usando la verdad para enmascarar sus mentiras (menos mal que yo lo saqué de la biblioteca). Es que estaba viendo que a la gente le parece guay como aproximación histórica y tal a nuestro pasado. Pues por lo menos que piensen que a alguien le parece una gran mierda .
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