Todos con los cascos,
Ya no se habla,
Se ha perdido la palabra.
Hemos vuelto a la pintura rupestre.
Altamira, allá vamos.
Se valiente.
Ser un SANADOR.
Es posible.
Estamos juntos.
No tengas miedo.
Levanta.
El último de los olvidados.
El reino angosto de la vejez.
Todo el mundo tiene una llamada.
Solo hay que tener el valor de estar en
silencio para escucharla.
Y el humor para aceptarla.
Su vida es aparentar.
Me gustaría tener un corazón rebosante
todos los segundos del día.
Me gustaría tener un corazón sangrante a
cada paso.
Me gustaría tener una sonrisa de niño
travieso para todo el que me mire.
Ni me enteré. El viernes me robaron la
cartera y ni me enteré. Ahora vivo con 4 millones de ladrones y les miro de
reojo.
Y sabemos que la muerte es nuestro
camino. Y que ninguno es más listo que todos.
Y el viaje comenzó. Un día cualquiera.
Sin esperarlo. El joven salió.
Y se dio cuenta entonces de que no había
avión.
Y comprendió entonces que no llevaba
paracaídas.
Y que no había suelo hacia el que caía.
Y que él, no estaba allí.
Vas con la prisa de quien no sabe a dónde
se dirige.
Tiene la extraña energía de quien está
perdido.
En el humor reside el poder de hablar de
asuntos demasiado serios.
Todas las fotos han sido tomadas.
Todos los videos han sido grabados.
Todas las notas han sido ya tocadas.
Faltan nuevas formas de hacer las cosas.
Faltan nuevas mezclas.
Faltan por revelar potenciales como
especie.
Faltan nuevas ideas y pensamientos y
conceptos y perspectivas.
El ser humano ha de salvarnos. El niño.
El loco. La danza.
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