Introducción:
El
análisis que el presente trabajo suscita, pretende ahondar en los resortes
básicos que se utilizan en la elaboración de los artículos. Este tipo de
escritos pertenecen a los géneros periodísticos de opinión y como tales, la
subjetividad y el estilo personal e inequívoco constituyen un factor de primer
orden. Desde la particularidad del académico Lázaro Carreter y su dedicación al
análisis del lenguaje en los medios de comunicación, pretendemos realizar un
proceso deductivo en pos de unas pautas universales y válidas.
Generalmente
firmados por personalidades relevantes del panorama cultural, el artículo se
nos presenta en forma de columna fija. La etimología resulta especialmente
esclarecedora a la hora de tratar el concepto de artículo. Entendido como
partes o secciones que se unen para formar un engranaje mayor, el texto se
estructura, efectivamente, de forma que la idea acometida sea tratada desde los
diversos puntos de vista. Los giros conceptuales y lingüísticos potencian este
factor en concreto, perfilando las distintas particularidades de un tema
preciso.
El objetivo puntual de los artículos de Carreter, dificulta en cierto
modo su clasificación, al no tratarse ni de un artículo específicamente
literario, ni de un mero análisis de la sociedad. A caballo entre la filología
erudita y la labor aleccionadora, el autor analiza frases aparecidas en los
medios, los “dardos” como él los llama, en que el idioma a sido flagrantemente
herido. La cualidad esencial en cualquier caso, es la brevedad, no solo por la
densidad conceptual que asumen estos escritos, sino por la originalidad que un
pensamiento intenso pero escueto puede llegar a transmitir. No se trata de un
desarrollo lineal, no es un ensayo preciso y exhaustivo, está mas cerca de una
concepción circular, de un esbozo subjetivo y enriquecedor.
La tendencia del
género, comenzando con Larra, a evolucionado principalmente hacia la brevedad y
una menor carga literaria. “El dardo en la palabra” es una recopilación de
artículos, por lo que junto al análisis de cada artículo precisaré el año de
publicación. El éxito del libro se debe, en gran parte, al deseo por parte de un
sector creciente de la población, de confirmar, pautas de uso correcto dentro
del propio idioma. Ese es el objetivo prioritario de su cruzada personal, como
académico y admirador del lenguaje.
El análisis mencionado, se realizará en una
doble vertiente claramente definida: por un lado, la estructura general de cada
texto, entendiendo por tal, la parte formal u ordenación general. Por otro
lado, destacaré los recursos más originales o curiosos. Respecto a la temática
de cada escrito, mencionaré unas breves líneas introductorias para presentar el
texto e intercaladamente sus intenciones
o inquietudes.
Análisis:
1.-
El primer artículo que vemos, pertenece al conjunto de 1980, y se titula
“Heridas del idioma” Introduce el texto a través de la narración de una jornada
de su vida. La selección de papeles, le lleva horas de tedioso trabajo. Se
trata de una modalidad en su obra que no es exclusiva de este escrito. Concibe
la selección de modo un tanto azaroso, quizá para deshacerse de la cantidad
ingente e inclasificable de material acumulado (Como él mismo explica) O quizá
simplemente porque no le apeteciera realizar un texto usual.
El caso es que
entre la proliferación de “dardos”, podemos destacar algunos temas. Por norma
general, la utilización de palabras incorrectas por semejanza fonética,
mimetismo lingüístico o cualquier otra causa, es la que suscita el correctivo
de Carreter. Acomodamiento, consultaciones, alarmistas, implícito...también
la utilización indebida suscita gran parte de la crítica.
En
la estructura del texto, no encontramos una conclusión claramente cimentada,
pues ante la prodigalidad de temas, se hace arduo encontrar un nexo de unión,
en cualquier caso sí menciona la esencial, la cura de las lesiones que el
idioma sufre. Dentro ya de la sutileza que supone el manejo de recursos,
destaca la utilización de adjetivos. Cualitativamente, su elección y sobre
todo, su localización dentro de la frase, muestran un dominio espectacular.
Siempre mantiene una tensión surrealista que culmina en una catarsis
humorística. Clímax que suele apuntillar con uno de sus selectos adjetivos.
Así, encontramos: alucinante perífrasis, refiriéndose a la expresión qué
colectivo de. Pero sin duda el fuerte literario del académico es la ironía,
que roza en multitud de ocasiones una crueldad merecida, y expresada en unos
sarcasmos hilarantes. Podemos encontrar fragmentos como este: Porque el
informados audaz y moderno, jovial y desenfadado, a quien no arrendran las
dificultades, es capaz de escribir esto...
2.-
El segundo artículo que vemos, se titula: “Ilegalizar”(1983) Trata sobre la
utilización del término en los medios de comunicación. El tamaño o extensión
constante de los artículos, nos lleva a explorar su estructura, donde, vemos un
primer párrafo introductorio. A propósito del verbo Ilegalizar, Carreter
explora el origen del erróneo termino, optando sin ninguna duda, por el prefijo
des- (deslegalizar) para expresar lo que medios de comunicación han adquirido
del socorrido inglés.
También externamente podemos ver una conclusión bien
definida. En el último párrafo, alude a la verdadera enfermedad del idioma y la
cultura. No es el inglés, no es un agente externo, sino los propios ciudadanos
que manejan sin respeto ni juicio un idioma que empieza a resquebrajarse peligrosamente.
Temáticamente, como en casi todos sus artículos, el autor trata diversos
“dardos” encontrados en los medios, generalmente prensa diaria. Dejando a un
lado la ilegalización, podemos ver multitud en tan solo tres páginas de un gran
diario;. Salida de paz, espiral de violencia, caso de medrar, se
especula, la cumbre, fecha realista... pésima utilización, ocasionada por
la no existencia de los términos utilizados, o su utilización incorrecta.
La
minuciosidad con que explora los diarios es pareja a la precisión a la hora de
preparar cada texto. En la exigencia de rigor lingüístico se incluye en autor,
y como tal, la riqueza medida de su vocabulario, otorga a cada palabra su lugar
concreto, sin llegar desvirtuar la lengua tal y como critica en los medios. Su
acusación, no resulta exclusiva de los soportes escritos, y los dardos
radiofónicos o televisivos, proliferan conforme avanzan los escritos, siendo
estos de especial virulencia crítica. De nuevo el fuerte del artículo recae en
el uso de recursos estilísticos.
El rigor académico en ocasiones frío, queda
salpicado de sus condimentos humorísticos, que enriquecen sin medida el texto.
Destacan las preguntas retóricas como ¿Para qué preocuparse en buscar
maneras propias de expresión, si nos las dan buscadas? o ¿No cabe
exigirles algo más que ir a adquirir vocablos en el supermarket norteamericano?.
Esta última pregunta acentúa la interrogación, al utilizar un término de origen
inglés, dando así, otra vuelta de tuerca al consabido tema. La cotidianidad de
su quehacer le sirve de base sobre la que partir a la hora de realizar su
artículo.
Así, acercándonos al monólogo a modo de diario, a mitad del texto,
podemos encontrarnos una segunda introducción que divide el texto en dos.
Hoy primer domingo de vacaciones, he leído con más atención que otros días, un
gran diario. He quedado atónito... La ironía cruel o sarcasmo, la
encontramos en la aguda crítica a la expresión; pasar a cubrir la embajada
de España. Pudiéndose entender por tal, la ocultación o fecundación de dicho
edificio.
3.-
El tercer artículo, titulado “Lenguaje depurado”, versa sobre la propuesta del
Parlamento ha la Real
Academia , de revisar términos que puedan resultar ofensivos
para el género femenino. Por lo tanto, el escrito comienza con una introducción,
y se basa en una noticia plenamente actual.
(1986) La reflexión que aparece en el siguiente párrafo, alude al
pensamiento filosófico, y dentro de éste, a la posibilidad de modificar la
realidad, la memoria y la historia a través de la manipulación del lenguaje.
(al más puro estilo Wittgenstein)
Como miembro de la Real Academia
Española desde 1972, el tema le afecta enteramente. El absurdo de la propuesta
es tal, que no duda en realizar uno de los artículos más satíricos de cuantos
aparecen. Rechaza la limitación de atenerse a las pautas de lo meramente
feminista, y pretende aplicarlo a todo campo; ya sea el otro género, grupos
humanos, razas, o especialmente al campo de los animales. Ya pueda tratarse de
mamíferos o reptiles, el pequeño escrito es todo un ejercicio de sinonimia. No
es justo que se pongan cotas a una revisión de esta índole, dice Carreter y
exige igualdad justiciera a todas las palabras. La ridiculez del asunto alcanza
cotas surrealistas.
La conclusión del último párrafo resulta demoledora. Por un
lado, este tipo de propuestas supone una fantasía de tal magnitud, que solo
puede sobrellevar una risa preocupada. Por otra parte, la clase política
debiera reflexionar en torno a las necesidades de un idioma, de un pueblo y el
papel de la Academia
en todo esto. Prefiere en cualquier caso, callar una conclusión como la que se
saca de todo este asunto. Los recursos más destacados que aparecen, son; la
enumeración y la encadenación de nombres
que expresan ideas o sentidos diversos. La constante metáfora es evidentemente
parte importante del absurdo que rodea a la propuesta. bestia, animal,
bruto, asno, burro, pollino o mula.
No hacen alusión a los animales, sino a
su utilización como adjetivos despectivos, acaso ridiculizantes. Podemos hablar
de asíndeton, que agiliza enormemente el texto, dándole una dinámica propia de
los momentos álgidos de una retórica burlesca o exaltada. En ocasiones ocurre
lo contrario, el uso del polisíndeton; la lombriz, el gusano, la
sanguijuela, el parásito, la polilla, el moscardón, el piojo, la cigarra, el
tábano... otorga un pausado ritmo,
consiguiendo que nos recreemos en la doble acepción de cada insecto o insulto.
Su predilección por la temática del agravio, resulta doblemente hilarante, pues
asocia la ridiculez del planteamiento parlamentario, a la multitud de ejemplos
que plantea. Su enorme fuero de recursos y sinónimos le permite profundizar,
sin ningún amago de duda, en la falta de cultura y sentido común de los hombres
de partido.
4.-
El cuarto artículo, llamado, “Opas al idioma”(1988) se adentra en la invasión
de términos del sector empresarial (importados del inglés) en un lenguaje que
tiene otros recursos para expresar, con más precisión, los mismos conceptos.
Como introducción, encontramos una anécdota, una noticia; la compra masiva de
acciones de una empresa. La terminología, la cantidad de agravios producidos al
idioma en tan corto párrafo, nos hacen retornan al constante tema de su obra.
La prodigalidad preposicional, es un claro ejemplo del primitivo uso del
lenguaje que frecuentan.
El Banco de X se ha dirigido al Banco de Y para el
inicio de conversaciones de cara a la realización de un proyecto de integración
de ambas entidades... En sus agudos comentarios queda de manifiesto, la
preparación de Carreter para discernir en torno a la lengua. Así, podemos leer:
...salvo que obedezcan a la ley bíblica acuñada por Fray Luis de León:
-
Que lo que en breve sube en alto asiento
suele
desfallecer apresurado –
Los
trabajos, las cátedras literarias y sus diversos puestos como profesor en
varias universidades españolas, nos muestran a un estudioso de la lengua
castellana. Su ingreso en la academia en 1972, no es más que la ratificación de
un hecho establecido. Menciona en este sentido, la persecución a que el neoespañol
somete a las preposiciones, confundiéndolas o usándolas en exceso. Las
menciones a la nefasta utilización de elementos sutiles, parecen confirmar la
aplicación de sus estudios críticos al común de los textos que se encuentra
diariamente.
La crítica, se extiende a las modificaciones lingüísticas que
padece el individuo al tener que someterse a las dinámicas socio-laborales.
Queda patente en la utilización de preguntas retóricas que aportan mayor peso a
la reflexión racional. “¿Cómo iba a incorporarse sin tal locución al trajín
europeo?” Propone en el caso de este artículo, soluciones muy concretas, que no
pasan por la alusión a reformas importantes del pensamiento y la educación,
sino pautas más cercanas, como la incorporación a las empresas e instituciones
de asesores lingüísticos o idiomáticos. Ironiza en este sentido: entre sus guardaespaldas tendría que ir un
filólogo provisto de mordaza para protegerlos de si mismos.
El texto se
divide cuando cambia la base de su
discurso. Modifica la disertación al introducir un nuevo dardo. Es frecuente
encontrar como arranca en cada artículo con la temática de mayor peso crítico,
para proseguir, a través ejemplos ligeros, llegar a una conclusión cargada de
todas las recomendaciones, críticas o lamentos. Expresiones como “hechos polvo”
o palabras como “alocución”, de la que realiza todo un estudio de sus orígenes
y evolución a través del tiempo, refuerzan su parlamento con ejemplos de otros
países y las distintas progresiones que la raíz latina ha producido en las
diferentes regiones.
Por último arremete contra una expresión errónea en
términos deportivos, la de “envergadura”, que se refiere estrictamente a la
amplitud de brazos y torso, y no al tamaño como tal, de un jugador. La
exclamación, aparece en repetidas ocasiones. ¡Ah, Italia, siempre próvida y
alma madre¡ El cambio de tono, no solo con las exclamaciones, sino con
preguntas retóricas, o pausas mediante cambios de párrafo, también gracias al
polisíndeton, nos muestran un maestro del ritmo, de la cadencia correcta, de un
texto puntuado mediante la coma precisa, exacta. El último párrafo, a modo de
sentencia, aclara que no se trata de un excesivo celo por la salvaguarda del
idioma. Pero no: nunca se llamó maniático al que, ni con los dedos, sabe
sumar dos y dos.
5.-
Este quinto artículo llamado “Instrucciones en español”(1989) analiza una serie
de textos que nos son familiares, por su catastrófica redacción y su frecuente
manejo. Las guías de montaje o manejo, los manuales de información técnica o
práctica, aparecen de una forma u otra en nuestra vida diaria. Como tales, se
los puede considerar medios de comunicación, de trato individual pero de
difusión masiva, como pueden ser los diarios y revistas. Como de costumbre, el
texto nace de una anécdota, de la colaboración de dos amigos a la hora de
facilitar el material con que se trabaja.
La crítica a la falta de interés de
los empresarios extranjeros por todo lo ajeno al afán económico, produce una
crítica sagaz de todo este grupo y de sus valores. El interés por lo material y
la falta de tacto cultural, produce unos textos incomprensibles, que hieren
gravemente el idioma y por tanto a nosotros mismos. La imposible traducción de
partes enteras, la jerga técnica, culminan en una burla plenamente legitimada.
A través del montaje de un banco, Carreter recorre todo el elenco de carencias
idiomáticas, de erratas e intentos de traducción infructuosos. El absurdo se
apodera del párrafo, el humor asciende en frecuencia e hilaridad. Propone
seguir el ejemplo francés al respecto, el legislar, el regular al respecto y en
defensa de la lengua y el buen uso del idioma francés.
De hecho, Carreter
solicitó públicamente una actuación similar, dado que la situación era pareja a
la de nuestro país, pero la preocupación apremiante de otros factores hicieron
que su voz cayese en el silencio. Carreter advierte una y otra vez sobre los
agravios que sufre el idioma, las consecuencias no las aventura, pero asegura
que se producirán, y serán nefastas. La conclusión está bien definida en los
dos últimos párrafos, terminando en una llamada clara a que los parlamentarios
actúen para solucionarlo, o que se atengan a las consecuencias. Como recursos,
podemos ver el empleo de metáforas, ya sea nombrando a sus críticas o “dardos”,
o completando el recurso al expresar: “ejercicios de caza” para referirse de
nuevo a las búsquedas de material dañino.
La sátira se desata: ...está
escrito en un caló apócrifo que, por California creen español Buena muestra
esta misma frase de hipérbaton, recurso que suele utilizar al final de su
crítica más ácida, y consigue una reflexión pareja al tamaño de lo que podemos
denominar insulto legítimo. El contraste o antítesis se repite en multitud de
ocasiones ya sea para resaltar el error, o ahondar en la jocosidad de los bochornosos
gazapos. La pregunta retórica al final del texto; ¿Lo entienden así mejor?,
añade, en un intento por exigir la participación de parlamentarios, mayor
dramatismo a la situación, tapizando el discurso con un halo de superioridad
argumental y de increpancia contundente.
6.-
“Más instrucciones en español”(1989) es el título de este artículo.
Continuación del anterior, comienza directamente con un recorrido parcial de
las acepciones que a lo largo de la historia a poseído la palabra
“retransmisión” o “transmisión” Alude a la carta enviada por un lector, que
como anécdota, permite el arranque de toda una reflexión semántica. Ante la
carencia de seguridad pues se trataba de un dardo respecto a una noticia
radiada, realiza un seguimiento de la palabra, para llegar a la contaminación
acústica a que estamos sometidos en las difusiones radiofónicas. “Inflación” e
“Inflacción”, “Carillón” y “Carrillón”, retoma su clásica erudición a la hora
de mostrarnos las raíces y usos que los términos han tenido.
El texto podemos
dividirlo grosso modo, en dos segmentos. Por un lado la alocución en torno a
los diferentes orígenes de las palabras mencionadas, por otro, la continuación
de su artículo anterior mediante cartas e instrucciones enviadas por los
lectores. Tras el paso de unos días en la capital francesa, Carreter nos relata
lo leído en los consejos en caso de incendio de su hotel. El insulto al idioma
es claro.
El absurdo de la redacción llega a límites delirantes cuando afirma: Enigmática
consigna, que renuncio a desentrañar haciendo alusión a la frase: En el
calor y el humo, bájese. El rechazo
a seguir interpretando no queda ahí, y expone literalmente las instrucciones
maltrechas de un frigorífico. Ya en el penúltimo párrafo, la conclusión se
plasma extensamente. La actitud de desdén hacia el idioma deja de ser mera
anécdota para pasar a regla general que marca la pauta de los escritos de esta
índole. No obstante, en la conclusión, propone no una, sino dos formas de
actuación para atajar el problema que se nos plantea.
Ya sea en las Cortes o en
el marco de la
Comunidad Europea , la iniciativa legal debería imponer una
normativa anhelada hace tiempo por las exigencias de una cultura. La obligación
a transcripciones fidedignas y loables desde idiomas foráneos, junto a su
aplicación en todos los ámbitos de la técnica o productos debieran a su vez
exigirse claramente. Como al inicio, el texto se cierra con una anécdota que
muestra la precariedad de la situación frente a la idealización de lo deseable,
en una magistral comparación.
7.-
El séptimo escrito que tratamos, se tituló “El tuteo”(1990). Atípica
estructura, que lejos de parecer un dardo común, sigue un camino sinuoso par la
vía de la reflexión basada en anécdotas personales. La vida diaria es
suficiente motivo para ofrecer multitud de dardos, en especial si atendemos al
tema sobre el que versa la presente redacción. Comenzar con dos preguntas
retóricas, es suficiente para prever la densidad conceptual a que va a
someternos. Las preguntas son lo que llama nuestra atención y ahonda en la
capacidad de análisis, alertada sin duda por tan singular inicio.
El código de
conducta como pautas mínimas de civilización, es la panacea de un discurso
apoyado en el suceso privado, en la concatenación de sucesos del hombre común,
a medio camino entre el humor y la crítica. Esta doble vía, resulta ser una
constante en su obra. El desazón que producen sus textos, podemos achacarla en
gran parte a inseparable comunión entre la crítica y el humor, sazonado sin
duda por la retórica de un maestro versado en las artes del lenguaje y sus
resortes. Su pensamiento, recorre la filosofía de la actual situación social,
la supervivencia de los fuertes en una suerte de darwinismo civilizado.
La
voluntad de autocontrol y el respeto, debieran ser valores asumidos por una
población creciente, y no fundamentos decadentes del nuevo mundo. El tuteo como
estandarte de esta situación, ocupa el párrafo de mayor en extensión y
densidad. Los trances verbales ante la falta de tacto médico son solo igualables
a la incapacidad de unos individuos que debieran estar preparados, para darse
cuenta de su condición, de su ofensa o desacato. Genial metáfora, arremetida
contra los entrevistadores de los audiovisuales, al afirmar que ...expelen
tús, como flatos de campechanía...
La historia del tuteo, no se remonta más
allá de los fascistas y comunistas en un afán de equiparación social.
Resarciéndose así de elementos de superioridad o pautas de autoridad
establecidas. Con el tuteo el igualitarismo ha empapado todo resquicio social o
político. En contadas ocasiones se pueden leer revelaciones tan claras como la
que el maestro suscita: El profesor, por ejemplo, que acepta o fomenta el
tuteo d sus alumnos puede sentir protegida su incompetencia por la camaradería
que reina en el aula. Concluye sentencioso, ya sin anécdota que valga, para
expresar la repulsa hacia la trivialización humana que reina en la moderna
sociedad. La forma de expresar ciertas situaciones no deja nunca de ser
original. La seriedad de lo narrado, el estricto acatamiento de la correcta
norma gramatical, aporta una nueva visión de la realidad, siempre personal e
inimitable.
Las referencias son renovadas verbalmente, en un intento por
reavivar la dignidad perdida del lenguaje y de las cosas, que no solo eleve el
nivel cultural, sino también el humano. Chica de fino aspecto o gorrón
de famas se nos presentan como expresiones acertadas de elementos comunes,
nombrados de forma novedosa, pero más válida que las expresiones pedestres que
por doquier se escuchan.
8.-
El nombre de este artículo, es: “La madre de todas las batallas”(1991).
Introducción con una anécdota noticiosa, el desarrollo reflexivo, histórico,
variado y burlesco, precede a una conclusión también basada en la puntualidad
de los hechos que le rodean. La expresión que da título al artículo procede de
un discurso de Sadam Huisein, en que arengaba a sus tropas en pos de una guerra
sin igual. El desarrollo histórico de la expresión, su origen arábigo, acentúa
el significado que el dictador le otorga.
Pero no deja de ser una excusa para
comenzar con otras desviaciones del idioma como “el día después”, traslación a
lo que denomina neoespañol, de la pesadilla anglófona. La necesidad del
complemento es absoluta. Otra expresión en el desarrollo de su artículo, es:
“poscrisis”, pero donde alcanza su punto culminante, es en el texto redactado
por un juzgado madrileño. Se limita a reproducir la sentencia. La burla que le
sucede es descomunal. ...niños sin escolarizar o a perturbados, para que les
pasen a máquina sus sentencias. Respecto a los responsables, se exige una
reflexión, pues en cualquier caso, los folios, vienen firmados por un juez. En
el penúltimo párrafo, se plantea una cuestión en extremo curiosa.
Mediante
pregunta retórica, increpa: ¿obligan una sentencia, o, incluso, una ley,
cuando no se expresan decorosamente?
¿Acaso, son menos válidas las leyes de escritura?, cabria preguntarse.
Como conclusión, vemos el temor al destino, bajo la firma de tales magistrados,
jueces o letrados. Como recursos más destacados, el frecuente uso de las
habituales preguntas retóricas: ¿Aseguró eso el señor Oreja, o le han
vertido su declaración, hecha en ático, al beocio?, exclamaciones: ¡Con
que fruición se ha escrito y se ha pronunciado tan redicho vocablo!,
transcripciones literales: Asi por esta mis sentencia, que pronuncio mando y
firmao, haciendo saber a las partes de la misam..., gracias a los cuales la
dinámica general del escrito es mucho más fluida, amena y llevadera. La
paronomasia involuntaria o error en el caso de los dardos, acentúa cuando
Carreter lo utiliza, las diferencias entre palabras con sonidos similares.
Este
tipo de deficiencias son muy frecuentes: “poscrisis”, pero no las únicas. La
hipérbole, generalmente cercanas a las conclusiones, suelen participar de la
cumbre irónica o burlesca, como: Hemos de ver como acaban llamando
posdomingo al lunes. Este tipo de exageraciones son frecuentes,
generalmente unidos a un sarcasmo desfogado como el caso ya citado de niños
perturbados haciendo de copistas para magistrados. La interrogación y la
exclamación, interrumpen parcialmente el discurso, pero consiguen por un lado
que las tesis del escritor se vean ratificadas por el lector, y por otra,
expresiones de sentimientos que no pueden ya manifestarse de forma más acotada.
9.-
Con “Cauces del neologismo”(1991), Carreter escribe un artículo diferente en
estructura básica a los que frecuenta. La ausencia de ejemplos anecdóticos, es
la primera característica que, a primera vista, destaca. Los ejemplos vienen de
los conflictos, de la lucha entre lo ajeno y lo propio, de lo foráneo y la
lengua nativa como parte de la cultura y la identidad. A través de una
introducción, nos explica los cauces lingüísticos más frecuentes de los
neologismos, ya sea explicando realidades nuevas, o el acomodo fónico. La
inclusión oficial en el diccionario, se ha realizado con pautas regulares y en
ocasiones algo aleatorias. Casi todo el texto, presenta una fuerte carga
teórica, reduciendo la critica o la ironía a mínimos. Se trata sin duda de un
artículo con una carga explicativa, con un carácter divulgativo más destacado
si cabe de lo frecuente.
No obstante, la cantidad de ejemplos reales es
monumental. Clip, champú, tiqué, auto-stop, short,
bacon, baffle, yate, vagón, best-seller, póster… El grave percance, consiste
en la modificación que sufre el idioma, ante las variaciones de carácter fónico
que se están introduciendo. El texto, se divide a partir de ahí, en dos
secciones. Por un lado, los aciertos tanto académicos como naturales a través
de ejemplos comunes.
Por otro, los fallos, cuando no existe diferencia entre el
significado de ambas expresiones, como puede ser: “caravana” y “roulotte” Entre
las causas, la más peculiar, es la de querer apropiarse de ciertos elementos,
asumiendo su denominación (“campus”) Carente de párrafo conclusivo, supone otra
diferencia con el resto de los artículos. El escrito queda seccionado, como si
pudiese seguir exponiendo ejemplos (“créditos, masters, curriculares”) o
conclusiones a lo largo de una extensión indefinida.
10.-
El último artículo que vemos se titula “No te escucho bien”(1996). He
seleccionado este artículo en último lugar, por aludir, en gran medida, al que
se supone un mundo para nosotros cercano; el audiovisual. La introducción se
construye sobre la frase que le da título, como falsa norma que se ha
instaurado en ciertos contextos. Centrado más concretamente en el medio
radiofónico, Carreter expone diversos casos en los que ha escuchado la conocida
frase; Apague el transistor que se está acoplando y no se le escucha bien.
El quid de la cuestión, radica en la diferencia entre ver y escuchar. Como tal,
la sinonimia en este caso no existe. Pues escuchar es oír con atención, y no
escuchar por tanto, es no prestarle la atención necesaria al discurso. Expone,
no obstante, otros ejemplos obtenidos de la escucha diaria. Expresiones
como “sano y salvo” cuando debieron sufrir graves daños, o la perogrullada de
“presidente in pectore” únicamente aplicable a proclamación de cardenales por
el Papa.
Las frases comunes de baja categoría, pobre expresión y menor
pensamiento, se suceden bajo su ácida pluma; “Esa es la pregunta del millón”,
“pela” o “me gusta un montón”Otra sandez a la que alude es la que
llaman”prueba del nueve”, en realidad sistema para certificar la exactitud de
una división, se usa, ya sin medida ni razón de su origen. El cacareo
repetitivo y sin cogitación propia se extiende por doquier, intentando imitar
lo superficial de un lenguaje recóndito y más profundo que el propio.
Intentando encontrar un elegante modo de expresarse “comme il faut” En
absoluto, afirma en la conclusión, es nefasto hablar de algunas de esas
expresiones, pero sí es necesario mostrar la mínima noción que les otorga su
auténtico significado.
El sarcasmo casi cruel, llega en multitud de ocasiones y
bajo diversas formas. Así, vemos las características de un ganso, en cuanto a
que echan por la boca lo que oyen o escuchan, sin cogitación propia, los
pobres. También vemos al escribano capaz de vérselas con saludables
cadáveres y vigorosos agonizantes o el definitivo locutor que goza de
cierto “amodorramiento etílico”. Genial se muestra su versatilidad a la hora de
situar dos o tres adjetivos que aportan el contrapunto a una seriedad
impecable.
Conclusión:
Como
síntesis de un análisis estilístico, podemos intentar entreverar las
características generales para tener una visión global de su técnica. Como
estructura general de sus artículos, hemos visto la consabida utilización de
recortes, cuñas radiofónicas y demás medios en que llegan hasta Carreter los
“dardos” en estado larvario. Su dedicación al análisis de los medios de
comunicación es encomiable. Tras una introducción, ya sea mediante la anécdota
o la noticia, los temas se suceden y multiplican, pero principalmente, alude a
los motivos noticiosos, como pueden ser los deportes, la política, sucesos,
culturales, etc.
No obstante su variedad se extiende a través de instrucciones,
comentarios, resoluciones judiciales, cartas de amigos o lectores, en un sin
fin de correcciones de todo tipo y tema. La defensa del idioma frente a las
intrusiones, necesarias o sobrantes, es otro de los objetivos prioritarios de
un escritor comprometido con una causa concreta, la pervivencia de una cultura
a través de su genuino lenguaje.
Su
estilo, se caracteriza sin duda por una medida sobriedad que deja paso al
humor, como única vía de escape, en el absurdo de ciertas circunstancias. Los
recursos que hemos ido citando a lo largo de sus artículos, nos dejan intuir
ciertos rasgos de su persona, facciones que marcan unas formas reconocibles y
bien definidas por el tiempo.
La
estructura prioritaria, común a la gran mayoría de los artículos, aparece en un
esquema clásico con presentación, nudo y desenlace, o si se quiere;
introducción, desarrollo y conclusión. Esto no impide la variación dentro de su
retórica, pudiendo darse perfectamente una prioridad a la vertiente teórica y
en cierto grado erudita, o a la práctica, junto a multitud de ejemplos y juegos
literarios. La doble vía del humor y la crítica, los intentos de redimir las
heridas lingüísticas, la utilización de una adjetivación precisa, el sarcasmo,
las exclamaciones e interrogaciones, en un contexto de impecable factura
semántica y gramática, que lo hacen un maestro de la lengua preocupado por el
devenir de la identidad de todo un pueblo.
Bibliografía:
LÁZARO CARRETER, Fernando: El dardo en la palabra,
Galaxia Gútemberg, 1999, Barcelona.
2 comentarios:
Este análisis me parece muy bien. Tengo que hacer un comentário de texto sobre el artículo "Idioma y ciudadania" y no sé por donde empezar.
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